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El Roi

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El Dios que me ve

domingo, 29 de junio de 2014

Vida Cristiana

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Aquí encontraras las cosas importantes y básicas que deben saber todo cristiano, para alcanzar la santidad


Cuando no se adora a Dios nos convertimos en adoradores del mal.
 Papa Francisco:


“Cuando la adoración del señor se sustituye por la adoración del dinero, se abre camino al pecado, a los intereses personales y al abuso” fue el mensaje que el Santo Padre dio en su visita pastoral a Calabria,  una región del sur de Italia. En su homilía se refirió a la realidad que enfrenta el pueblo italiano con la mafia.
El Papa recordó que cuando no se adora a Dios, el Señor, y si al dinero, el hombre “se convierte en adorador del mal como lo son aquellos que viven de deshonestidad y de violencia”.
"Cuando la adoración del Señor se sustituye por el culto al dinero, aseguró el Santo Padre, que abre el camino del pecado, el interés propio y la opresión; cuando no se adora a Dios, al Señor, nos convertimos en adoradores del mal, como lo son los que viven en la deshonestidad y la violencia. Vuestra tierra, tan hermosa, ¡conoce los signos y las consecuencias de este pecado! ¡La Ndrangheta es esto! Adoración del mal y el desprecio por el bien común. Este mal tiene que ser combatido, se tiene que alejar, ¡Hay que decir que no!".
Recordó además que “el pueblo que adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna”. Hoy, como Obispo de Roma, estoy aquí para confirmarlos no sólo en la fe, sino también en la caridad, para acompañarlos y animarlos en su camino con Jesús Caridad.
También el Santo Padre animó a testimoniar la solidaridad con los hermanos, “especialmente con los que tienen más necesidad de justicia, de esperanza, de ternura. La ternura de Jesús, la ternura Eucarística: aquel amor tan delicado, tan fraterno, tan puro. Gracias a Dios hay tantos signos de esperanza en sus familias, en las parroquias, en las asociaciones, en los movimientos eclesiales. ¡El Señor Jesús no deja de suscitar gestos de caridad en su Pueblo en camino!”.
Finalmente envió un mensaje concreto a los jóvenes de esperanza y buen accionar en la fe. “Ustedes, queridos jóvenes, ¡no se dejen robar la esperanza! Lo he dicho tantas veces y lo digo una vez más: ¡No se dejen robar la esperanza!. Adorando a Jesús en sus corazones y permaneciendo unidos a Él, sabrán oponerse al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de lo verdadero y de lo bello”.

Con información de News.va

“Cuando no se adora a Dios, nos convertimos en adoradores del mal” Papa Francisco

“Cuando la adoración del señor se sustituye por la adoración del dinero, se abre camino al pecado, a los intereses personales y al abuso” fue el mensaje que el Santo Padre dio en su visita pastoral a Calabria,  una región del sur de Italia. En su homilía se refirió a la realidad que enfrenta el pueblo italiano con la mafia.
El Papa recordó que cuando no se adora a Dios, el Señor, y si al dinero, el hombre “se convierte en adorador del mal como lo son aquellos que viven de deshonestidad y de violencia”.
"Cuando la adoración del Señor se sustituye por el culto al dinero, aseguró el Santo Padre, que abre el camino del pecado, el interés propio y la opresión; cuando no se adora a Dios, al Señor, nos convertimos en adoradores del mal, como lo son los que viven en la deshonestidad y la violencia. Vuestra tierra, tan hermosa, ¡conoce los signos y las consecuencias de este pecado! ¡La Ndrangheta es esto! Adoración del mal y el desprecio por el bien común. Este mal tiene que ser combatido, se tiene que alejar, ¡Hay que decir que no!".
Recordó además que “el pueblo que adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna”. Hoy, como Obispo de Roma, estoy aquí para confirmarlos no sólo en la fe, sino también en la caridad, para acompañarlos y animarlos en su camino con Jesús Caridad.
También el Santo Padre animó a testimoniar la solidaridad con los hermanos, “especialmente con los que tienen más necesidad de justicia, de esperanza, de ternura. La ternura de Jesús, la ternura Eucarística: aquel amor tan delicado, tan fraterno, tan puro. Gracias a Dios hay tantos signos de esperanza en sus familias, en las parroquias, en las asociaciones, en los movimientos eclesiales. ¡El Señor Jesús no deja de suscitar gestos de caridad en su Pueblo en camino!”.
Finalmente envió un mensaje concreto a los jóvenes de esperanza y buen accionar en la fe. “Ustedes, queridos jóvenes, ¡no se dejen robar la esperanza! Lo he dicho tantas veces y lo digo una vez más: ¡No se dejen robar la esperanza!. Adorando a Jesús en sus corazones y permaneciendo unidos a Él, sabrán oponerse al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de lo verdadero y de lo bello”








Papa Francisco a jóvenes: Tengan el coraje de jugarse el futuro con Jesús
Y la firmeza de no mirar atrás, eso hace el cristiano
VATICANO, 05 Jul. 14 / 05:22 pm (ACI/EWTN Noticias).- En el marco de su visita a la región italiana de Molise, el Papa Francisco se reunió con miles de jóvenes locales, a los cuales alentó a no contentarse con metas pequeñas y por el contrario “aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí mismos, de jugarse en plenitud su futuro junto con Jesús”.
 

Jesús, les indicó el Santo Padre a los jóvenes, “no quita autonomía o libertad; al contrario, robusteciendo nuestra fragilidad, nos permite ser verdaderamente libres, libres para hacer el bien, fuertes para continuar haciéndolo, capaces de perdonar y capaces de pedir perdón”.
A continuación, el texto completo del discurso del Papa Francisco a los jóvenes de Molise, gracias a la traducción de Radio Vaticano:
Queridos jóvenes, ¡buenas tardes!
Le doy las gracias por su presencia numerosa y alegre. Agradezco a Mons. Pietro Santoro por su servicio a la pastoral juvenil; y gracias a ti, Sara - ¿dónde has ido? - que te has hecho portavoz de las esperanzas y preocupaciones de los jóvenes de Los Abruzos y Molise. El Molise es una región de Italia, ¿eh?
El entusiasmo y el clima de fiesta que ustedes saben crear son contagiosos. El entusiasmo es contagioso: pero ustedes saben ¿de dónde viene esta palabra, entusiasmo? Viene del griego y quiere decir tener algo de Dios dentro o ser dentro de Dios.
El entusiasmo, cuando es sano, indica esto: que uno tiene dentro de sí algo de Dios y lo expresa alegremente. Están abiertos – con este entusiasmo - a la esperanza y deseosos de plenitud, deseosos de dar significado a su futuro, a su vida entera, de entrever el camino adecuado para cada uno de ustedes y elegir el camino que les traiga serenidad y realización humana.
Pero, el camino adecuado, elegir el camino … ¿Qué cosa significa esto? No estar firme – un joven no puede estar firme – y caminar. Esto indica ir hacia algo, porque uno puede moverse sin ser un caminante: ser errante, que da vueltas, que da vueltas por la vida, y la vida no está hecha para dar vueltas. Está hecha para caminar, y esto es vuestro ¡desafío!
Por un lado, están en busca de lo que realmente cuenta, de lo que permanece estable en el tiempo y es definitivo, están en búsqueda de respuestas que iluminen sus mentes y calienten su corazón no sólo por el espacio de una mañana o un corto tramo de camino, sino para siempre.
La luz al corazón para siempre, la luz a la mente para siempre, el corazón caliente para siempre, definitivo. Por otro lado, sienten un fuerte miedo al fracaso: es verdad, quien camina puede fracasar. El miedo a involucrarse demasiado en las cosas, lo han sentido tantas veces la tentación de dejar siempre abierta una pequeña vía de escape, que por si acaso pueda siempre abrir nuevos escenarios y posibilidades.
Yo voy en esta dirección, elijo esta dirección, pero dejo abierto esta puerta: si no me gusta, regreso y me voy. Esta precariedad no hace bien: no hace bien, porque te oscurece la mente y te enfría el corazón.
La sociedad contemporánea y sus modelos culturales predominantes – por ejemplo, la “cultura de lo provisorio” - no ofrecen un clima propicio para la formación de elecciones de vida estables con relaciones sólidas, construidas sobre una roca de amor y de responsabilidad en lugar de la arena de la emoción del momento.
La aspiración a la autonomía individual es empujada al punto de poner siempre todo en discusión y de romper con relativa facilidad elecciones importantes y ampliamente ponderadas, recorridos de vida emprendidos libremente con compromiso y dedicación.
Esto alimenta superficialidad en la asunción de responsabilidades, porque en lo profundo del alma ellas arriesgan con ser consideradas como algo de lo que uno se puede liberar. Hoy escojo esto, mañana escojo aquello, así como va el viento, así voy yo; o cuando termina mi entusiasmo, mis ganas, inicio otro camino … y así se hace esto de dar vueltas por la vida, propio como un laberinto, ¿eh? Y el camino no es un laberinto.
Cuando ustedes se encuentren dando vueltas en un laberinto, que tomo de aquí, tomo de allá, tomo de más allá, deténganse. Busquen el hilo para encontrar el laberinto. Busquen el hilo: no se puede desperdiciar la vida dando vueltas.
Aun así, queridos jóvenes, el corazón del ser humano aspira a grandes cosas, a valores importantes, a amistades profundas, a lazos que en las pruebas de la vida se fortalecen en lugar de romperse.
El ser humano aspira a amar y ser amado: esta es la aspiración más profunda, nuestra: Amar y ser amado. Esta es la aspiración más profunda. Es esto, en modo definitivo. La cultura de lo provisorio no aumenta nuestra libertad, sino que nos priva de nuestro verdadero destino, de las metas más verdaderas y auténticas. Es una vida en pedazos.
Es triste llegar a una cierta edad, mirar el camino que hemos recorrido y descubrir que ha sido hecho en diferentes pedazos, sin unidad, sin algo definitivo: todo provisorio … ¡No se dejen robar el deseo de construir en su vida cosas sólidas y grandes! Es esto, aquello que te lleva adelante. ¡No se den por contentos con metas pequeñas! Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí mismos, de jugarse en plenitud su futuro junto con Jesús.
Solos no podremos. Frente a la presión de los eventos y de las modas, solos jamás lograremos encontrar el camino justo, y si lo encontramos, no tendremos la fuerza suficiente para perseverar, para afrontar las subidas y los obstáculos imprevistos.
Y aquí entra a tallar la invitación del Señor Jesús: “Si quieres… sígueme”. Nos invita para acompañarnos en el camino, no para explotarnos, no para hacernos esclavos: para hacernos libres. En esta libertad nos invita para acompañarnos en el camino. Es así.
Solamente juntos con Jesús, rezándole y siguiéndolo encontramos claridad de visión y fuerza para ir adelante. Él nos ama definitivamente, nos ha elegido definitivamente, se ha donado definitivamente a cada uno de nosotros. Es nuestro defensor y hermano mayor y será nuestro único juez.
¡Qué bello es poder enfrentar las vicisitudes que se suceden en la existencia en compañía de Jesús, tener con nosotros su Persona y su mensaje! Él no quita autonomía o libertad; al contrario, robusteciendo nuestra fragilidad, nos permite ser verdaderamente libres, libres para hacer el bien, fuertes para continuar haciéndolo, capaces de perdonar y capaces de pedir perdón.
Pero, este es Jesús que nos acompaña. ¡Y así es el Señor! Una palabra que a mi me gusta repetir, porque nos olvidamos tanto: Dios no se cansa de perdonar. Pero esto es verdad, ¿eh? ¡Esto es verdad! Es tan grande su amor, que está siempre cerca de nosotros. Somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón, pero Èl perdona siempre, todas las veces que le pedimos.
Él perdona definitivamente, cancela y olvida nuestro pecado si nos dirigimos a Él con humildad y confianza. Él nos ayuda a no desalentarnos en las dificultades, a no considerarlas insuperables; y entonces, confiándose en Él, echarán nuevamente las redes para una pesca sorprendente y abundante, tendrán coraje y esperanza también en el enfrentar las dificultades que derivan de los efectos de la crisis económica.
El coraje y la esperanza son dotes de todos pero en particular caracterizan a los jóvenes: coraje y esperanza. El futuro ciertamente está en las manos de Dios. Él es providente, nos asegura que son las manos de un Padre providente. Esto no significa negar las dificultades y los problemas, sino verlos, éstos si, como provisorios y superables.
Las dificultades, las crisis, con la ayuda de Dios y la buena voluntad de todos pueden ser superadas, vencidas, transformadas. No quiero terminar sin decir una palabra sobre un problema que les afecta, un problema que ustedes viven en la actualidad: la desocupación. Es triste encontrar jóvenes “no – no”; ¿qué cosa significa este “no – no”? No estudiamos, porque no podemos, no tenemos la posibilidad, no trabajamos. Y este es el desafío que comunitariamente todos nosotros debemos vencer.
¡Debemos salir adelante para vencer este desafío! No podemos quedarnos resignados a perder toda una generación de jóvenes que no tienen la fuerte dignidad del trabajo. El trabajo nos da dignidad, y todos nosotros debemos hacer de todo para que no se pierda una generación de jóvenes. Hay que poner adelante nuestra creatividad, para que los jóvenes sientan la alegría de la dignidad que viene del trabajo.
Una generación sin trabajo es una derrota futura para la patria y para la humanidad. Debemos luchar contra esto. Y ayudarnos los unos a los otros, a encontrar un camino de solución, de ayuda, de solidaridad. Los jóvenes son valientes, lo he dicho, los jóvenes tienen esperanza y – tercero – los jóvenes tienen la capacidad de ser solidarios. Y esta palabra solidaridad es una palabra que no le gusta escuchar al mundo de hoy.
Algunos piensan que es una grosería: no, no es una grosería. Es una palabra cristiana: ir adelante con el hermano para ayudar a superar los problemas. Valientes, con esperanza y con solidaridad.
Estamos reunidos ante al Santuario de la Virgen Dolorosa, levantado en el lugar donde dos jóvenes de esta tierra, Fabiana y Serafina, en 1888 tuvieron una visión de la Madre de Dios mientras trabajaban en el campo.
María es madre, nos socorre siempre: cuando trabajamos y cuando estamos en busca de trabajo, cuando tenemos las ideas claras y cuando estamos confundidos, cuando la oración brota espontánea y cuando el corazón es árido: ella está siempre ahí para ayudarnos.
María es la Madre de Dios, madre nuestra y madre de la Iglesia. Tantos hombres y mujeres, jóvenes y ancianos se han dirigido a Ella para decirle gracias y suplicar una gracia. María nos lleva a Jesús, Jesús nos da la paz. Recurramos a Ella confiados en su ayuda, con coraje y esperanza.
El Señor bendiga a cada uno de ustedes, en vuestro camino, en vuestro camino de valentía, de esperanza y solidaridad. Gracias.
Ahora recemos a la Virgen, todos juntos. Dios te salve María …
Por favor, les pido de rezar por mí: por favor, ¡háganlo! Y no se olviden: ¡caminar en la vida, jamás dar vueltas en la vida!
Un padre nuestro: por el papa
Tomado de:

http://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-a-jovenes-aspiren-a-la-felicidad-y-tengan-la-valentia-de-jugarse-su-futuro-con-jesus-76925/#.U7lDwpR5Png








La vida cristiana no es una fiesta, sino “alegría en esperanza”,

 Papa Francisco en su homilía
“Su tristeza se cambiará en alegría”. Esta promesa de Jesús a sus discípulos fue el centro de la homilía del Papa Francisco de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice proclamó como un himno a la alegría cristiana, que, observó, no se puede comprar, sino sólo recibir como don del Señor. La alegría de los cristianos, dijo, es “alegría en esperanza”.

San Pablo era muy valiente, porque tenía la fuerza del Señor. El Papa Francisco desarrolló su homilía a partir de esta constatación, centrada, como hemos dicho, en la alegría del cristiano. Ciertamente, observó, algunas veces también el Apóstol de las gentes tenía miedo. “Nos sucede a todos nosotros en la vida – añadió – que tengamos un poco de miedo”. Y nos preguntamos – dijo el Papa – si “no sería mejor bajar un poco el nivel y no ser tan cristianos y buscar un compromiso con el mundo”. Pero Pablo – prosiguió – sabía que cuanto “él hacía no les gustaba a los judíos ni a los paganos”, pero no se detiene y por eso debe soportar problemas y persecuciones. Y esto – agregó Francisco – “nos hace pensar en nuestros miedos, en nuestros temores”. A la vez que recordó que también Jesús en el Getsemaní tuvo miedo y angustia. Mientras en su despedida dice claramente a sus discípulos que el “mundo se alegrará” por sus sufrimientos, como sucederá con los primeros mártires en el Coliseo:
“Y nosotros debemos decirnos la verdad: no toda la vida cristiana es una fiesta. ¡No toda! Se llora, tantas veces se llora. Cuando estás enfermo; cuando tienes un problema en tu familia con un hijo, con una hija, la esposa, el marido; cuando ves que el sueldo no alcanza hasta fin de mes y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no puedes pagar la cuota del crédito inmobiliario de la casa y se deben ir… Tantos problemas, tantos que nosotros tenemos. Pero Jesús nos dice: ‘¡No tengas miedo!’. ‘Sí, estarán tristes, llorarán y también la gente se alegrará, la gente que está contra ti’”.



“También hay otra tristeza – prosiguió el Papa –: la tristeza que nos llega a todos nosotros cuando vamos por un camino que no es bueno”. Cuando, “por decirlo sencillamente”, “vamos a comprar la alegría, la alegría, esa del mundo, esa del pecado, al final hay un vacío dentro de nosotros, hay tristeza”. Y ésta – reafirmó – “es la tristeza de la mala alegría”. La alegría cristiana, en cambio, “es alegría en esperanza, que llega”:
 “Pero en el momento de la prueba nosotros no la vemos. Es una alegría que es purificada por las pruebas y también por las pruebas de todos los días: ‘Su tristeza se cambiará en alegría’. Pero cuando vas a lo de un enfermo o a lo de una enferma que sufre tanto es difícil decir: ‘¡Ánimo! ¡Coraje! ¡Mañana tendrás alegría!’. ¡No, no se puede decir! Debemos hacerla sentir como la hizo sentir Jesús. También nosotros, cuando estamos precisamente en la oscuridad, que no vemos nada: ‘Yo sé, Señor, que esta tristeza se cambiará en alegría. ¡No sé cómo, pero lo sé!’. Un acto de fe en el Señor. ¡Un acto de fe!”
 

Para comprender la tristeza que se transforma en alegría – dijo más adelante el Papa – Jesús toma el ejemplo de la mujer que da a luz: “Es verdad, en el parto la mujer sufre tanto, pero después, cuando el niño está con ella, se olvida”. Lo que queda, por tanto, es “la alegría de Jesús, una alegría purificada”. Esa es “la alegría que queda”. Una alegría – reconoció Francisco – “escondida en algunos momentos de la vida, que no se siente en los momentos feos, pero que viene después: una alegría en la esperanza”. Éste, por tanto, “es el mensaje de la Iglesia de hoy: ¡no tener miedo!”:


“Ser valeroso en el sufrimiento y pensar que después viene el Señor, después viene la alegría, después de la oscuridad sale el sol. Que el Señor nos de a todos nosotros esta alegría en la esperanza. Y el signo de que nosotros tenemos esta alegría en esperanza es la paz. Cuántos enfermos, que están en el final de la vida, con los dolores, tienen esa paz en el alma… Ésta es la semilla de la alegría, ésta es la alegría en la esperanza, la paz. ‘¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la oscuridad, en el momento de las dificultades, en el momento de las persecuciones, cuando todos se alegran por tu mal? ¿Tienes paz? Si tienes paz, tú tienes la semilla de aquella alegría que vendrá después’. Que el Señor nos haga comprender estas cosas”


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Posted by Unknown
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