Aquí encontraras las cosas importantes y básicas que deben saber todo
cristiano, para alcanzar la santidad
Cuando
no se adora a Dios nos convertimos en adoradores del mal.
Papa Francisco:
“Cuando la adoración del señor se
sustituye por la adoración del dinero, se abre camino al pecado, a los
intereses personales y al abuso” fue el mensaje que el Santo Padre dio en su
visita pastoral a Calabria, una región del sur de Italia. En su homilía se
refirió a la realidad que enfrenta el pueblo italiano con la mafia.
El Papa recordó que cuando no se
adora a Dios, el Señor, y si al dinero, el hombre “se convierte en adorador del
mal como lo son aquellos que viven de deshonestidad y de violencia”.
"Cuando la adoración del
Señor se sustituye por el culto al dinero, aseguró el Santo Padre, que abre el
camino del pecado, el interés propio y la opresión; cuando no se adora a Dios,
al Señor, nos convertimos en adoradores del mal, como lo son los que viven en
la deshonestidad y la violencia. Vuestra tierra, tan hermosa, ¡conoce los
signos y las consecuencias de este pecado! ¡La Ndrangheta es esto! Adoración
del mal y el desprecio por el bien común. Este mal tiene que ser combatido, se
tiene que alejar, ¡Hay que decir que no!".
Recordó además que “el pueblo que
adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a
Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna”. Hoy, como
Obispo de Roma, estoy aquí para confirmarlos no sólo en la fe, sino también en
la caridad, para acompañarlos y animarlos en su camino con Jesús Caridad.
También el Santo Padre animó a
testimoniar la solidaridad con los hermanos, “especialmente con los que tienen
más necesidad de justicia, de esperanza, de ternura. La ternura de Jesús, la
ternura Eucarística: aquel amor tan delicado, tan fraterno, tan puro. Gracias a
Dios hay tantos signos de esperanza en sus familias, en las parroquias, en las
asociaciones, en los movimientos eclesiales. ¡El Señor Jesús no deja de
suscitar gestos de caridad en su Pueblo en camino!”.
Finalmente envió un mensaje
concreto a los jóvenes de esperanza y buen accionar en la fe. “Ustedes,
queridos jóvenes, ¡no se dejen robar la esperanza! Lo he dicho tantas veces y
lo digo una vez más: ¡No se dejen robar la esperanza!. Adorando a Jesús en sus
corazones y permaneciendo unidos a Él, sabrán oponerse al mal, a las
injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de lo verdadero y de lo
bello”.
Con información de News.va
“Cuando no se adora a
Dios, nos convertimos en adoradores del mal” Papa Francisco
“Cuando la adoración del señor se
sustituye por la adoración del dinero, se abre camino al pecado, a los
intereses personales y al abuso” fue el mensaje que el Santo Padre dio en su
visita pastoral a Calabria, una región del sur de Italia. En su homilía
se refirió a la realidad que enfrenta el pueblo italiano con la mafia.
El Papa recordó que cuando no se
adora a Dios, el Señor, y si al dinero, el hombre “se convierte en adorador del
mal como lo son aquellos que viven de deshonestidad y de violencia”.
"Cuando la adoración del
Señor se sustituye por el culto al dinero, aseguró el Santo Padre, que abre el
camino del pecado, el interés propio y la opresión; cuando no se adora a Dios,
al Señor, nos convertimos en adoradores del mal, como lo son los que viven en
la deshonestidad y la violencia. Vuestra tierra, tan hermosa, ¡conoce los
signos y las consecuencias de este pecado! ¡La Ndrangheta es esto! Adoración
del mal y el desprecio por el bien común. Este mal tiene que ser combatido, se
tiene que alejar, ¡Hay que decir que no!".
Recordó además que “el pueblo que
adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a
Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna”. Hoy, como
Obispo de Roma, estoy aquí para confirmarlos no sólo en la fe, sino también en
la caridad, para acompañarlos y animarlos en su camino con Jesús Caridad.
También el Santo Padre animó a
testimoniar la solidaridad con los hermanos, “especialmente con los que tienen
más necesidad de justicia, de esperanza, de ternura. La ternura de Jesús, la
ternura Eucarística: aquel amor tan delicado, tan fraterno, tan puro. Gracias a
Dios hay tantos signos de esperanza en sus familias, en las parroquias, en las
asociaciones, en los movimientos eclesiales. ¡El Señor Jesús no deja de
suscitar gestos de caridad en su Pueblo en camino!”.
Finalmente envió un mensaje
concreto a los jóvenes de esperanza y buen accionar en la fe. “Ustedes,
queridos jóvenes, ¡no se dejen robar la esperanza! Lo he dicho tantas veces y
lo digo una vez más: ¡No se dejen robar la esperanza!. Adorando a Jesús en sus
corazones y permaneciendo unidos a Él, sabrán oponerse al mal, a las
injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de lo verdadero y de lo
bello”
Papa Francisco a
jóvenes: Tengan el coraje de jugarse el futuro con Jesús
Y la firmeza de no mirar atrás,
eso hace el cristiano
VATICANO, 05 Jul. 14 /
05:22 pm (ACI/EWTN
Noticias).- En el marco de su visita a la región italiana de
Molise, el Papa Francisco se reunió con miles de jóvenes locales, a los cuales
alentó a no contentarse con metas pequeñas y por el contrario “aspiren a la
felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí mismos, de jugarse en
plenitud su futuro junto con Jesús”.
Jesús, les indicó el
Santo Padre a los jóvenes, “no quita autonomía o libertad; al contrario,
robusteciendo nuestra fragilidad, nos permite ser verdaderamente libres, libres
para hacer el bien, fuertes para continuar haciéndolo, capaces de perdonar y
capaces de pedir perdón”.
A continuación, el texto
completo del discurso del Papa Francisco a los jóvenes de Molise, gracias a la
traducción de Radio Vaticano:
Queridos jóvenes,
¡buenas tardes!
Le doy las gracias por
su presencia numerosa y alegre. Agradezco a Mons. Pietro Santoro por su
servicio a la pastoral juvenil; y gracias a ti, Sara - ¿dónde has ido? - que te
has hecho portavoz de las esperanzas y preocupaciones de los jóvenes de Los
Abruzos y Molise. El Molise es una región de Italia, ¿eh?
El entusiasmo y el clima
de fiesta que ustedes saben crear son contagiosos. El entusiasmo es contagioso:
pero ustedes saben ¿de dónde viene esta palabra, entusiasmo? Viene del griego y
quiere decir tener algo de Dios dentro o ser dentro de Dios.
El entusiasmo, cuando es
sano, indica esto: que uno tiene dentro de sí algo de Dios y lo expresa
alegremente. Están abiertos – con este entusiasmo - a la esperanza y deseosos
de plenitud, deseosos de dar significado a su futuro, a su vida entera, de entrever el camino
adecuado para cada uno de ustedes y elegir el camino que les traiga serenidad y
realización humana.
Pero, el camino adecuado,
elegir el camino … ¿Qué cosa significa esto? No estar firme – un joven no puede
estar firme – y caminar. Esto indica ir hacia algo, porque uno puede moverse
sin ser un caminante: ser errante, que da vueltas, que da vueltas por la vida,
y la vida no está hecha para dar vueltas. Está hecha para caminar, y esto es
vuestro ¡desafío!
Por un lado, están en
busca de lo que realmente cuenta, de lo que permanece estable en el tiempo y es
definitivo, están en búsqueda de respuestas que iluminen sus mentes y calienten
su corazón no sólo por el espacio de una mañana o un corto tramo de camino,
sino para siempre.
La luz al corazón para siempre, la luz a la mente para siempre, el
corazón caliente para siempre, definitivo.
Por otro lado, sienten un fuerte miedo al fracaso: es verdad, quien camina
puede fracasar. El miedo a involucrarse demasiado en las cosas, lo han sentido
tantas veces la tentación de dejar siempre abierta una pequeña vía de escape,
que por si acaso pueda siempre abrir nuevos escenarios y posibilidades.
Yo voy en esta dirección, elijo esta dirección, pero dejo abierto
esta puerta: si no me gusta, regreso y me voy. Esta precariedad no hace bien: no hace bien, porque te oscurece la mente y te enfría el corazón.
La sociedad
contemporánea y sus modelos culturales predominantes – por ejemplo, la “cultura
de lo provisorio” - no ofrecen un clima propicio para la formación de
elecciones de vida estables con relaciones sólidas, construidas sobre una roca
de amor y de responsabilidad en lugar de la arena de la emoción del momento.
La aspiración a la
autonomía individual es empujada al punto de poner siempre todo en discusión y
de romper con relativa facilidad elecciones importantes y ampliamente
ponderadas, recorridos de vida emprendidos libremente con compromiso y
dedicación.
Esto alimenta
superficialidad en la asunción de responsabilidades, porque en lo profundo del
alma ellas arriesgan con ser consideradas como algo de lo que uno se puede
liberar. Hoy escojo esto, mañana escojo aquello, así como va el viento, así voy
yo; o cuando termina mi entusiasmo, mis ganas, inicio otro camino … y así se
hace esto de dar vueltas por la vida, propio como un laberinto, ¿eh? Y el
camino no es un laberinto.
Cuando ustedes se
encuentren dando vueltas en un laberinto, que tomo de aquí, tomo de allá, tomo
de más allá, deténganse. Busquen el hilo para encontrar el laberinto. Busquen
el hilo: no se puede desperdiciar la vida dando vueltas.
Aun así, queridos
jóvenes, el corazón del ser humano aspira a grandes cosas, a valores importantes,
a amistades profundas, a lazos que en las pruebas de la vida se fortalecen en
lugar de romperse.
El ser humano aspira a
amar y ser amado: esta es la aspiración más profunda, nuestra: Amar y ser
amado. Esta es la aspiración más profunda. Es esto, en modo definitivo. La
cultura de lo provisorio no aumenta nuestra libertad, sino que nos priva de
nuestro verdadero destino, de las metas más verdaderas y auténticas. Es una
vida en pedazos.
Es triste llegar a una
cierta edad, mirar el camino que hemos recorrido y descubrir que ha sido hecho
en diferentes pedazos, sin unidad, sin algo definitivo: todo provisorio … ¡No
se dejen robar el deseo de construir en su vida cosas sólidas y grandes! Es
esto, aquello que te lleva adelante. ¡No se den por contentos con metas
pequeñas! Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí
mismos, de jugarse en plenitud su futuro junto con Jesús.
Solos no podremos.
Frente a la presión de los eventos y de las modas, solos jamás lograremos
encontrar el camino justo, y si lo encontramos, no tendremos la fuerza
suficiente para perseverar, para afrontar las subidas y los obstáculos
imprevistos.
Y aquí entra a tallar la
invitación del Señor Jesús: “Si quieres… sígueme”. Nos invita para acompañarnos
en el camino, no para explotarnos, no para hacernos esclavos: para hacernos
libres. En esta libertad nos invita para acompañarnos en el camino. Es así.
Solamente juntos con
Jesús, rezándole y siguiéndolo encontramos claridad de visión y fuerza para ir
adelante. Él nos ama definitivamente, nos ha elegido definitivamente, se ha
donado definitivamente a cada uno de nosotros. Es nuestro defensor y hermano
mayor y será nuestro único juez.
¡Qué bello es poder
enfrentar las vicisitudes que se suceden en la existencia en compañía de Jesús,
tener con nosotros su Persona y su mensaje! Él no quita autonomía o libertad;
al contrario, robusteciendo nuestra fragilidad, nos permite ser verdaderamente
libres, libres para hacer el bien, fuertes para continuar haciéndolo, capaces
de perdonar y capaces de pedir perdón.
Pero, este es Jesús que
nos acompaña. ¡Y así es el Señor! Una palabra que a mi me gusta repetir, porque
nos olvidamos tanto: Dios no se cansa de perdonar. Pero esto es verdad, ¿eh?
¡Esto es verdad! Es tan grande su amor, que está siempre cerca de nosotros.
Somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón, pero Èl perdona siempre, todas
las veces que le pedimos.
Él perdona
definitivamente, cancela y olvida nuestro pecado si nos dirigimos a Él con
humildad y confianza. Él nos ayuda a no desalentarnos en las dificultades, a no
considerarlas insuperables; y entonces, confiándose en Él, echarán nuevamente
las redes para una pesca sorprendente y abundante, tendrán coraje y esperanza
también en el enfrentar las dificultades que derivan de los efectos de la
crisis económica.
El coraje y la esperanza
son dotes de todos pero en particular caracterizan a los jóvenes: coraje y
esperanza. El futuro ciertamente está en las manos de Dios. Él es providente,
nos asegura que son las manos de un Padre providente. Esto no significa negar
las dificultades y los problemas, sino verlos, éstos si, como provisorios y
superables.
Las dificultades, las
crisis, con la ayuda de Dios y la buena voluntad de todos pueden ser superadas,
vencidas, transformadas. No quiero terminar sin decir una palabra sobre un
problema que les afecta, un problema que ustedes viven en la actualidad: la
desocupación. Es triste encontrar jóvenes “no – no”; ¿qué cosa significa este
“no – no”? No estudiamos, porque no podemos, no tenemos la posibilidad, no
trabajamos. Y este es el desafío que comunitariamente todos nosotros debemos
vencer.
¡Debemos salir adelante
para vencer este desafío! No podemos quedarnos resignados a perder toda una
generación de jóvenes que no tienen la fuerte dignidad del trabajo. El trabajo
nos da dignidad, y todos nosotros debemos hacer de todo para que no se pierda
una generación de jóvenes. Hay que poner adelante nuestra creatividad, para que
los jóvenes sientan la alegría de la dignidad que viene del trabajo.
Una generación sin
trabajo es una derrota futura para la patria y para la humanidad. Debemos
luchar contra esto. Y ayudarnos los unos a los otros, a encontrar un camino de
solución, de ayuda, de solidaridad. Los jóvenes son valientes, lo he dicho, los
jóvenes tienen esperanza y – tercero – los jóvenes tienen la capacidad de ser
solidarios. Y esta palabra solidaridad es una palabra que no le gusta escuchar
al mundo de hoy.
Algunos piensan que es
una grosería: no, no es una grosería. Es una palabra cristiana: ir adelante con
el hermano para ayudar a superar los problemas. Valientes, con esperanza y con
solidaridad.
Estamos reunidos ante al
Santuario de la Virgen Dolorosa, levantado en el lugar donde dos jóvenes de
esta tierra, Fabiana y Serafina, en 1888 tuvieron una visión de la Madre de
Dios mientras trabajaban en el campo.
María es madre, nos
socorre siempre: cuando trabajamos y cuando estamos en busca de trabajo, cuando
tenemos las ideas claras y cuando estamos confundidos, cuando la oración brota
espontánea y cuando el corazón es árido: ella está siempre ahí para ayudarnos.
María es la Madre de
Dios, madre nuestra y madre de la Iglesia. Tantos hombres y
mujeres, jóvenes y ancianos se han dirigido a Ella para decirle gracias y
suplicar una gracia. María nos lleva a Jesús, Jesús nos da la paz. Recurramos a
Ella confiados en su ayuda, con coraje y esperanza.
El Señor bendiga a cada
uno de ustedes, en vuestro camino, en vuestro camino de valentía, de esperanza
y solidaridad. Gracias.
Ahora recemos a la Virgen, todos juntos. Dios te salve María …
Por favor, les pido de rezar por mí: por favor, ¡háganlo! Y no se
olviden: ¡caminar en la vida, jamás dar vueltas en la vida!
Un padre nuestro: por el papa
Tomado de:
http://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-a-jovenes-aspiren-a-la-felicidad-y-tengan-la-valentia-de-jugarse-su-futuro-con-jesus-76925/#.U7lDwpR5Png
La vida cristiana no es una fiesta, sino “alegría en esperanza”,
Papa Francisco en su homilía
“Su tristeza se cambiará en alegría”. Esta promesa de Jesús a sus discípulos fue el centro de la homilía del Papa Francisco de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice proclamó como un himno a la alegría cristiana, que, observó, no se puede comprar, sino sólo recibir como don del Señor. La alegría de los cristianos, dijo, es “alegría en esperanza”.
San Pablo era muy valiente, porque tenía la fuerza del Señor. El Papa Francisco desarrolló su homilía a partir de esta constatación, centrada, como hemos dicho, en la alegría del cristiano. Ciertamente, observó, algunas veces también el Apóstol de las gentes tenía miedo. “Nos sucede a todos nosotros en la vida – añadió – que tengamos un poco de miedo”. Y nos preguntamos – dijo el Papa – si “no sería mejor bajar un poco el nivel y no ser tan cristianos y buscar un compromiso con el mundo”. Pero Pablo – prosiguió – sabía que cuanto “él hacía no les gustaba a los judíos ni a los paganos”, pero no se detiene y por eso debe soportar problemas y persecuciones. Y esto – agregó Francisco – “nos hace pensar en nuestros miedos, en nuestros temores”. A la vez que recordó que también Jesús en el Getsemaní tuvo miedo y angustia. Mientras en su despedida dice claramente a sus discípulos que el “mundo se alegrará” por sus sufrimientos, como sucederá con los primeros mártires en el Coliseo:
“Y nosotros debemos decirnos la verdad: no toda la vida cristiana es una fiesta. ¡No toda! Se llora, tantas veces se llora. Cuando estás enfermo; cuando tienes un problema en tu familia con un hijo, con una hija, la esposa, el marido; cuando ves que el sueldo no alcanza hasta fin de mes y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no puedes pagar la cuota del crédito inmobiliario de la casa y se deben ir… Tantos problemas, tantos que nosotros tenemos. Pero Jesús nos dice: ‘¡No tengas miedo!’. ‘Sí, estarán tristes, llorarán y también la gente se alegrará, la gente que está contra ti’”.
“Y nosotros debemos decirnos la verdad: no toda la vida cristiana es una fiesta. ¡No toda! Se llora, tantas veces se llora. Cuando estás enfermo; cuando tienes un problema en tu familia con un hijo, con una hija, la esposa, el marido; cuando ves que el sueldo no alcanza hasta fin de mes y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no puedes pagar la cuota del crédito inmobiliario de la casa y se deben ir… Tantos problemas, tantos que nosotros tenemos. Pero Jesús nos dice: ‘¡No tengas miedo!’. ‘Sí, estarán tristes, llorarán y también la gente se alegrará, la gente que está contra ti’”.
“También hay otra tristeza – prosiguió el Papa –: la tristeza que nos llega a todos nosotros cuando vamos por un camino que no es bueno”. Cuando, “por decirlo sencillamente”, “vamos a comprar la alegría, la alegría, esa del mundo, esa del pecado, al final hay un vacío dentro de nosotros, hay tristeza”. Y ésta – reafirmó – “es la tristeza de la mala alegría”. La alegría cristiana, en cambio, “es alegría en esperanza, que llega”:
“Pero en el momento de la prueba nosotros no la vemos. Es una alegría que es purificada por las pruebas y también por las pruebas de todos los días: ‘Su tristeza se cambiará en alegría’. Pero cuando vas a lo de un enfermo o a lo de una enferma que sufre tanto es difícil decir: ‘¡Ánimo! ¡Coraje! ¡Mañana tendrás alegría!’. ¡No, no se puede decir! Debemos hacerla sentir como la hizo sentir Jesús. También nosotros, cuando estamos precisamente en la oscuridad, que no vemos nada: ‘Yo sé, Señor, que esta tristeza se cambiará en alegría. ¡No sé cómo, pero lo sé!’. Un acto de fe en el Señor. ¡Un acto de fe!”
Para comprender la tristeza que se transforma en alegría – dijo más adelante el Papa – Jesús toma el ejemplo de la mujer que da a luz: “Es verdad, en el parto la mujer sufre tanto, pero después, cuando el niño está con ella, se olvida”. Lo que queda, por tanto, es “la alegría de Jesús, una alegría purificada”. Esa es “la alegría que queda”. Una alegría – reconoció Francisco – “escondida en algunos momentos de la vida, que no se siente en los momentos feos, pero que viene después: una alegría en la esperanza”. Éste, por tanto, “es el mensaje de la Iglesia de hoy: ¡no tener miedo!”:
“Ser valeroso en el sufrimiento y pensar que después viene el Señor, después viene la alegría, después de la oscuridad sale el sol. Que el Señor nos de a todos nosotros esta alegría en la esperanza. Y el signo de que nosotros tenemos esta alegría en esperanza es la paz. Cuántos enfermos, que están en el final de la vida, con los dolores, tienen esa paz en el alma… Ésta es la semilla de la alegría, ésta es la alegría en la esperanza, la paz. ‘¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la oscuridad, en el momento de las dificultades, en el momento de las persecuciones, cuando todos se alegran por tu mal? ¿Tienes paz? Si tienes paz, tú tienes la semilla de aquella alegría que vendrá después’. Que el Señor nos haga comprender estas cosas”
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